Lo siento, no he estado escribiendo nada porque.... sí, ando de parranda. Pero parte de ello me sirve para un re-descubrimiento. La emoción de los juegos de mesa estando bien acompañado, que se disfrutan más que cualquier videojuego.
No soy ninguna experta y no he jugado demasiados. Catán, Carcassone, El Grande, Dixit... son unos de los pocos, además del parchís o la oca, claro. Pero me han bastado para emocionarme de nuevo como hace tiempo que no hago con los videojuegos. Obviamente la mitad de la gracia reside en el grupo de gente con quien lo disfrutes, si tienen ganas de jugar y hacer un poco el tonto y no se pican si están perdiendo. Y sí, también puedes jugar videojuegos en grupo... pero no es lo mismo.
Dentro de los juegos de mesa, influye mucho el tipo de juego que trates y Dixit es uno especialmente interesante que además puedes jugar con gente de todas las edades. Obra del francés Jean-Louis Roubira, con cartas ilustradas por Marie Cardouat y Pierô, se trata de un juego que exigirá toda tu imaginación posible, así como un buen conocimiento del pensamiento de tu contrario.
El funcionamiento es muy sencillo: tienes 7 cartas en tu mano con dibujos más o menos abstractos. Si es tu turno deberás escoger una de ellas y pensar en una palabra, frase, canción o lo que te dé la gana para describirla. Entonces la pones boca abajo sobre la mesa y el resto de jugadores harán lo mismo con otra carta de su mano que consideren que se ajusta a la descripción que has ofrecido.
En este caso el número 10 representaría la carta de los libros volando, por ejemplo. |
Se barajan las cartas seleccionadas y se ponen boca arriba al lado del tablero que incluye el juego, cada una al lado de un número distinto. Tras observarlas el resto de jugadores tendrán que adivinar cuál de todas esas cartas es la que has sacado tú, o el otro, con la descripción ofrecida. Para realizarlo más en secreto y no hacer trampas, cada uno cuenta con una tarjetita con números donde marcar cuál es la carta elegida, la cual mostraréis todos a la vez.
Es la 4, ¿verdad que sí? |
Y es así de simple. Cuando sea el turno del resto serás tú quién tenga que adivinar su carta y así hasta que alguien alcance 30 puntos señalados por su conejito. No voy a entrar en detalles de puntuación, solo diré que es necesario que al menos uno adivine tu carta, pero que si aciertan todos no te llevas nada. Además de que te llevas punto si en un turno en el que no te tocaba a ti hacer la descripción votan la carta que has sacado.
Realmente todo se basa en entender bien al contrario. Si nos ponemos en el caso de la carta de los libros una descripción podría ser "fuga de cerebros", pero resulta demasiado obvia. Sin embargo, si te gusta mucho leer quizás te salga para referirte a ella un "ojalá" y si el resto te conocen lo entenderán al verla encima de la mesa, mientras que los que no probablemente elijan otra.
Datos aparte: pone que es jugable entre 3 y 12 jugadores, aunque el mínimo real son 4 personas y la duración de las partidas se sitúa en 30 minutos, algo que más o menos sí se cumple.
Dicho esto, obviamente es distinto a un videojuego, refiriéndome también al precio, pues el tablero, los conejitos, las 12 tarjetas de juego y las 84 cartas ilustradas cuestan 30 euros. Desgraciadamente para nosotros Fnac y tiendas similares no se comportan como Steam así que toca pagar bien sí o sí. Aunque en su defensa, es raro encontrar un juego con un contenido mínimo que sea más barato.
En cuanto a las cartas, podríais pensar que os cansaréis pronto de ellas y... bueno, dependerá de cada uno. Después de 4 o 5 partidas ya te las sabes más o menos de memoria, pero sigue resultando un reto sin llegar a ser tedioso tener que pensar nuevas descripciones para cada una (si es que juegas con la misma gente, sino puedes repetir, claro). Sin embargo, si ansiáis nuevas ilustraciones podéis volver a pasar por caja y comprar solo una baraja de otras 84 cartas por 20 euros... O dibujar unas nuevas vosotros mismos.
A pesar de todo, son muchas las risas que puedes sacar con este juego y con numerosa compañía, por lo que el precio, al menos en mi caso, resulta eclipsado.
Hay muchos juegos simples y divertidos, pero puestos a elegir cartas, elijo Munchkin. Trata de gastarse putadas unos a otros y claro, te ríes lo que no está escrito.
ResponderEliminarMe han hablado muy bien de él aunque me ha echado atrás la duración de sus partidas en algunas de sus ediciones (3 horas.... que para algo casual ya deja de serlo).
EliminarNo creo que lleguen a 3h, pero depende mucho de la cantidad de gente que juegue. Cuanta más, más dura, pero es mejor. Tiene traiciones, alianzas y más traiciones.
EliminarEl objetivo es llegar a nivel 10 antes que el resto. Esto significa matar a 10 monstruos, o alguno menos si te sale una carta de subir de nivel. Como al principio todo el mundo es débil, se negocia con las cartas del premio. Si son al azar, vistas una carta, dos cartas... Pronto la gente comienza a subir a niveles demasiado cercanos a 10 y los demás comienzan a buffar al monstruo para que no lo pueda matar el jugador del turno. Entonces se forman raras alianzas y rencores dignos de un programa de Telahinco.
Precisamente (y mira que he jugado a juegos de mesa) nunca he jugado al Munchkin >.< pero también me han hablado muy bien de él. De hecho nunca he jugado porque cuando empecé a jugar a juegos de mesa los de mi grupo ya se habían cansado de él
Eliminaryo era un hardcore del tragabolas
ResponderEliminarEso se puede interpretar de más formas de las que quisiera contar y creo que ninguna es buena. :P
EliminarDe pequeñito me encantaba ese juego, pero lo que más me gustaba era el Hero Quest. Lo de las figuritas en ese entonces impresionaba bastante.
eso es q teneis mentes susssias, impiooos
EliminarEso siempre. :P
EliminarEl Hero Quest es brutal, de vez en cuando jugamos con los amigos y son unas risas, el problema es que los escenarios son pocos y los que te encuentras por internet solo los pueden completar koreanos de esos que juegan 24/7
EliminarNo conozco ese juego, pero ¡he acabado partidas de Risk y Monopoly!
ResponderEliminarLa clave de los juegos de mesa es la gente, por ejemplo con crios no se puede jugar si tienen un mal día, porque a la mínima empiezan las malas caras y las broncas en los peores casos, y las tonterías para sabotear el juego en el resto.
Jajaja a mí el Monopoly no es que me disguste… pero las partidas en mi caso suelen acabar siempre de forma tensa y poco divertida. Al risk no jugué nunca.
EliminarY sí, la clave es la gente está claro, en mi caso no me gusta nada si las personas están demasiado obsesionadas en ganar o se toman mal perder.
El monopoly es un juego en que lenta i frustrantemente te ves cayendo en la bancarrota sin que puedas hacer nada por evitarlo mientras ves como uno o dos que tubieron suerte al principio se enriquecen y el que tenga más potra gana.
EliminarEl risk es muy bueno pero lento y una vez estás fuera de partida aburridísimo de mirar.