viernes, 23 de noviembre de 2018

Una conejita salvaje apareció


Mi fetiche por las waifus conejiles va mucho mas alla de aquel boom que vino con haruhi suzumiya ya hace unos años...todavía me acuerdo en la dragon ball original como me motivaba bulma vestida de aquella guisa en los 90...y antes de que me acusen de hipster... les diré que solo soy viejo lesbiano.
Así que no les engaño cuando les digo que si empecé a ver esta serie, fue meramente por juzgar el libro por su portada... y que portada, dejando satisfechos algunos de mis abundantes fetiches.

Seguramente, la conejita de la portada de seishun buta yarou wa bunny girl sempai no yume wo minai (yo me cago en la reverenda madre del tonto que puso de moda los nombres largos a las novelas ligeras) haya sido el mayor reclamo de esta obra, vamos, no es casualidad que los ilustradores de las novelas ligeras esten tan cotizados, por desgracia así de básicos, pero por fortuna, esta obra, ya hablando a su adaptación al anime, sorprendió más que por sus usagis y su increible factura técnica (seguro que los autores de la hermanita incestuosa del otro día suspiran por tener un presupuesto y talento equiparable).

Me hace mucha gracia, que lo que más le suele llamar la atención a esos newfags que comentan en las páginas de anime online es precisamente su protagonista masculino, al que consideran un machote... pobres, han empezado en una era del anime bormardeados de palurdos y princesos de esos que tocaban un pecho y que parecían que habían tocado algo al rojo vivo, que cuando ven un protagonista masculino elaborado se me sorprenden. Si les intriga el porqué tanto princeso, además de ser la vía fácil y barata como aquel recurso de que los padres de los protagonistas están siempre en el extranjero para dejarles la casita a los hormonados quinceañeros de turno, tambien hay que contextualizar la sociedad japonesa, machista a rabiar aún con lo adelantada que está en la mayoría de aspectos. Si ya chirria que para las idols de carne y hueso este mal visto que tengan novio, ya saben, por esa absurda obsesión que tienen esos babosos por la pureza, imaginen a los otakos con la distorsión de la realidad que me acarrean de ver tanto anime/manga mierdero. Por eso siempre a sus imponentes waifus estarán acompañados por alfeñiques que preserven su pureza ya que no son capaces de ponerles una pestaña encima.

Fíjense si exta estendida esta mierda, que cuando aparecen personajes masculinos que no son simples anhelos pajeros de gary stus con poderes supremos o princesos, la gente, sobre todo los occidentales que tenemos otra percepción del sentido común, se vuelve loca. Ya ocurrió con kyon de haruhi suzumiya que se desmarcaba un poco de los sacos de boxeo para tsunderes amables como el mierdas de love hina, o araragi de bakemonogatari, o el que más se le parece a nuestro protagonista, hachiman
que ya genero los mismos comentarios hace unos añitos en oregairu, resumiendo, protagonistas que se comportan como debería comportarse un puñetero estudiante de secundaria... o por lo menos algo más cercano a la realidad.

Precisamente, esta serie bebe mucho de esas series que he mencionado antes, ya que estamos en una historia como no centrada en una clase de estudiantes de secundaria en donde empiezan a ocurrir sucesos extraños achacados a algo que llaman "síndrome de la pubertad", y algunas mierdas pseudocientíficas que esos autores autistas habrán aprendido viendo algún vídeo de divulgación científica en youtube, ya saben, como mierdas del gato del srodinger...schro...del alemán ese. La serie como suele ser habitual en las de su clase se subdivide en mini arcos de un par de episodios en donde irán introduciendo otra waifu... si me preguntan, me quedo con la científica, sobre todo cuando se recoje el pelo.

Una serie entretenida, que no abruma tanto con esos diálogos interminables como las bakemonogatari, con personajes bastante amigables, hasta la coneja que va en plan hitagi senjogahara deja sus niveles de tsunderismo a niveles aptos para el consumo humano. Eso si, si se creen que van a verla vestida de coneja a cada rato, mejor vayan olvidándose...bueno, por lo menos ya tienen una excusa para no saltarse la intro.

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